lunes, 28 de julio de 2008

Una necesidad que no debe ser ultrajada.



Cuando uno se decide por ayudar a los demás, busca los medios necesarios y las personas adecuadas para trabajar en conjunto. Puede decirse que la ayuda del monitor, en el campo académico y transdisciplinario de la comunicación, es necesaria y pertinente para todo aquel que requiera de conocimientos previos en la construcción de sus mensajes, en el proceso mismo de comunicar con sentido, de construir sentido entre él, o ella, y sus interlocutores.


Para precisar el trabajo del monitor de centro de escritura, es necesaria la puesta en escena de unos contenidos programáticos que ha revisado, con anterioridad, la profesora encargada de formar este perfil en los estudiantes con talentos para la escritura. Tales contenidos deben fusionar las técnicas de escritura, la paciencia del sujeto que enseña y los modelos pedagógicos que se deben emplear en cada caso; según las exigencias del sujeto que viene a solicitar ayuda en el centro.


No podemos olvidarnos de las ayudas tecnológicas que ofrece la institución para el desarrollo de esta metodología, ya que el monitor debe manejarlas y moldearlas según lo requiera su público. Es decir, los chicos que requieren ayuda en el campo de la escritura deben buscar las diversas formas tecnológicas y técnicas para aprender a escribir, a leer y hablar; para lograr cumplir ciertos objetivos que pueden desarrollarse con un óptimo nivel de cumplimiento y eficacia respecto a su problema.


Para aprender a escribir, se debe, primero, aprender a escuchar, hablar y leer. Por eso es necesario que el estudiante mantenga una relación armoniosa entre sus lecturas, sus diálogos, sus interpretaciones y en últimas con sus escritos. No es posible concebir un texto sin un reconocimiento previo del discurso que debe manejarse, del estilo que debe proyectar sus creaciones, de un dialogo previo sobre la temática que ha estado investigando, no es posible sin haber aprendido a escuchar y a mirar a profundidad, con un cierta calidad de buen etnógrafo que busca razones de existencia para proyectarlas en sus escritos, en su diario de campo.


Actualmente, los textos se formulan para responder ante situaciones formales que pueden evitar, en cierto grado, la inspiración y la creación del autor; aunque conscientemente los textos tienen unos grados y límites según las características que este mismo requiera, según sus públicos y según la intención del autor; pero es necesario que nuestros procesos de escritura no se cierren a las ventanas dulces y cálidas de la literatura, que no sólo terminemos formándonos como redactores, correctores de estilo, guardias de la Real Academia, escépticos de la idealización de nuevos discursos y maneras de transmitir nuestras pasiones, dudas y triunfos. El proceso de escritura comienza por uno mismo, de las intenciones y las ganas que uno tenga para transformar los linderos de la comunicación. El artista crea y disfruta de su creación, así mismo el escritor goza en su tinta cuando resulta completar su obra: lograr plasmar sus pensamientos para la eternidad.

1 comentario:

Mariposa de los Milagros dijo...

Me parece muy interesante que tengas una concepción tan amplia de los múltiples aspectos que se involucran en la escritura. Me encanta que hayas mencionado una cualidad que he dejado implícita, pero que todos van a ir descubriendo: la paciencia.
Estoy de acuerdo en que en todo proceso de escritura el escritor debe mostrarse como es, y esto, dependiendo de los textos, puede incluir mostrar esa "vena literaria" como elemento de esa creación.
Precisamente, una de las tareas más difíciles de los tutores es ayudar al otro a encontrar su propia voz en el texto, para lo que es importante que él primero haya encontrado la suya.